NUESTRO TRABAJO
NUESTRO TRABAJO
¿Estás viviendo de lo que te apasiona?
Muchas veces leemos en libros de autoayuda la frase “¡Descubre tu pasión!”. A pesar de que podemos considerarlo como una frase cliché, en sí misma no lo es. Esta frase es una invitación a que descubras los talentos que tienes para poder usarlos con mayor efectividad. ¿Te gusta tu trabajo? ¿Te levantas todos los días con ánimos de ir a trabajar? ¿Te apasiona lo que haces? ¿Permite tu trabajo desarrollar tus talentos? ¿Eso que haces, lo harías aún no te pagaran? La idea no es abandonar “ese” trabajo que te desagrada, sino más bien identificar las fortalezas que tienes en ti que pueden servirte para potencializar los resultados que entregas en tu trabajo. Escuché de un maestro en Coaching cuando dijo “Eleva tus estándares y tendrás una vida fascinante”. En realidad, a ningún supervisor le gusta contar entre sus colaboradores con personas que no den el máximo potencial que tienen para dar.
Si contestaste “no” a las preguntas del párrafo anterior te exhorto a meditar y descubrir exactamente qué te apasiona, cuáles son tus talentos y a usarlos en provecho de tu desarrollo y tu crecimiento. Trabajar en lo que nos apasiona es una de las mejores cosas que podemos lograr, pues al fin y al cabo, el trabajo es nuestro servicio al mundo, el cual nos permite desarrollarnos y poder recibir el sustento económico necesario para vivir.
¿Consideras tu trabajo un castigo? El trabajo no tiene por qué ser un castigo, y si el mismo te permite desarrollar tus talentos, nunca lo será. Hay un dicho popular que dice: ‟Si la vida te dio limones aprende a hacer limonada”. ¿Cuáles son esos limones que la vida te ha dado? ¿Cuáles son esos talentos? ¿Estás haciendo limonada? ¿Realmente estás entregando lo mejor de ti para servir? Lo normal es que vivamos en conversaciones limitantes donde nos “relajamos” quejándonos del trabajo que realizamos. Sin embargo, podemos elegir entre ser empleadas que viven del lado de la queja o empoderarnos nosotras mismas para convertirnos en verdaderas empresarias de nuestra propia vida.
En estos tiempos perdemos nuestra esencia cuando buscamos primero el beneficio económico al escoger un oficio, en vez de pensar primero ¿qué puedo dar al mundo?, ¿cuáles son mis talentos? Es por eso que muchas veces no estamos felices con nuestro trabajo. Volver a la esencia es la clave.
Ve el trabajo como un regalo de Dios y no como un castigo: “...a todo hombre a quien Dios da bienes y riquezas, le da también facultad para que coma de ellas, tome su parte y goce de su trabajo. Esto es don de Dios” (Eclesiastés 5:19). Cuando empieces a buscar en servir con amor y tu trabajo esté enfocado primero en eso, es muy seguro que todo lo demás vendrá por añadidura.
